martes, 3 de noviembre de 2009

Privacidad vs propiedad en la red

El otro día salió un tema actual e interesante en clase: ¿Está realmente nuestra privacidad garantizada en Facebook? Y más importante, ¿Es el modelo de Facebook bueno para Internet y los internautas? Entendemos por modelo Facebook aquella construcción de Internet basada en la red centralizada, toda ella basada en unos pocos servidores controlados por grandes empresas como Twitter o Google.

Buena parte de la web 2.0 y de sus servicios más populares se han basado en la construcción de redes centralizadas que recogen en pocos ordenadores toda la información que los usuarios depositan. Por ejemplo, si un internauta abre un blog a Blogger, escribe sus reflexiones y cuelga fotos, los lectores dejan comentarios, etc. Toda esta información se deposita en unos servidores de Internet propiedad de Google, a los cuales nosotros como internautas y autores del blog no podremos nunca acceder. Somos propietarios intelectuales del blog pero no disfrutamos de la propiedad del espacio. En parte, somos autores pero sin ningún tipo de derecho, pues no somos dueños. Se puede dar el caso que un juez, por actuar contra un blog hospedado en Blogger bloquee el acceso a tu propia cuenta. Lo mismo podría pasar en Twitter y tantas otras webs 2.0.

Todo esto se contrapone con la construcción de un Internet basado en la red distribuida y formada por centenares de miles de servidores conectados entre ellos. Cada usuario tiene su blog en un servidor diferente. Si un gobierno o un ataque imposibilita el acceso a uno de estos servidores, caerán unos pocos blogs, pero no toda una red de centenares de miles de blogs. Es decir, se puede bloquear fácilmente un blog, pero la blogsfera es incontrolable.

Por todo ello, más que preocuparnos por nuestra privacidad (que también) nos deberíamos preguntar si es este tipo de Internet el que queremos construir: la world wide web controlada por Google Facebook y Twitter.


lunes, 26 de octubre de 2009

Pan y circus

Siempre os hablo de sorpresas…asombros (algunos buenos, otros, no tan buenos) que me ha ido regalando este viaje. La tv de cable es otro tema sorprendente. Y es que, en Europa, este sistema de transmisión nunca tuvo mucha fuerza; en cambio, aquí, como en EEUU, la televisión de paga es fundamental entre la clase social media. “La televisión pública no vale nada” esta es la repuesta que me dan la mayoría de personas a las que les pregunto porqué no se valen de televisión abierta.

Qué triste…que triste tener que pagar para gozar de emisiones de “calidad”. De hecho, en México “Televisa” y “Tv Azteca” son los canales más fuertes, ambos de pago, con una cobertura de 3 canales a nivel nacional y 1 canal local para cada estado al interior de la República y 2 canales nacionales y emisiones locales con duraciones de 30 a 60 minutos para el interior de la República respectivamente.
Indiferentemente al tipo de programación que ofrecen estos canales (ese, sería otra tema), tanto los datos, como la propia sociedad, habla de la televisión pública como “basura”.

Nos encontramos, así, en una situación difícil: si la única televisión que “garantiza” la veracidad, independencia y pluralidad de información no es más que un “feo” segundo plato entre la sociedad que no habla precisamente bien de esta y que, por otro lado, se informa básicamente por este medio de comunicación de masas… las empresas informativas tienen un dominio casi absoluto de la información que circula entre la mayor parte de la población mexicana… ¿Cómo podríamos resurgir los medios públicos para su consideración y respeto? ¿En qué han fallado? ¿Por qué, de nuevo, la información juega en un marco mercantil tal y como cualquier otro producto se tratara?

"pan y circus"

lunes, 19 de octubre de 2009

México y sus medios de "competición"

Antes de conocer México, pensaba que los medios de comunicación españoles no tenían límite en cuanto a sus publicaciones sangrientas, sus portadas amarillistas y sus titulares con métodos claramente publicitarios. De hecho, sigo pensándolo, pero mi percepción a cambiado un poco al ver cosas como esta en un periódico mexicano.

Menos mal que parece que cosas así sorprenden a más de uno. De tal manera Canal 6, cadena de televisión de poca difusión en el país, elaboró con muy bajo presupuesto un documental dónde se demuestra la tiranía que ejerce sobre el pueblo los grandes corporativos mediáticos, “Teletiranía”. La pieza audiovisual va uniendo cabos entre hechos, y palabras; entre unos titulares y otros; entre la lucha mediática que se traen todos aquellos que, en principio, garantizan nuestro derecho a la información.

El documental, como es obvio, también te presenta, desde una perspectiva, como está actualmente el show mediático. Pero, a pesar de esto, me siguieron sorprendiendo las noticias llenas de sangre y el total albedrío que utilizan la mayoría de cadenas de televisión, sobre todo. Y es que, según el estudio que hacen, 20 millones d hogares se informan diariamente a través de sus telenoticias, no conociendo más verdad que la de sus palabras (el alto analfabetismo del país empeora esta situación).

Es increíble la poco protección que tenemos ante nuestro derecho constitucional a una información variada y libre, y sobre todo, cuanto empeora la situación cuando el país está más “sufrido” . Véanlo y opinen, pura “teletiranía”.

viernes, 2 de octubre de 2009

La importancia de los hechos (y las palabras)

Cuando nacemos somos dependientes de todo lo que nos rodea; somos vulnerables a todo lo que está en nuestro entorno. A lo largo de nuestra vida aprendemos a no ser dominados, es más, tratamos de sucumbirlo. Se trata de un aprendizaje intuitivo e innato que aplicamos a casi todo...también a la comunicación

Antes los diferentes “ataques” comunicativos, adoptamos una actitud de prudencia y descrédito, aplicamos un filtro de fiabilidad. Por lo tanto, somos parcialmente permeables a la abundante comunicación que recibimos a diario. Hoy en día, esta (la propia comunicación) tiene mucho más a ver con el qué se hace que no con el qué se dice. Depende mucho más de las acciones que no de las palabras.

Por esto, actualmente la empresa debe responder con hechos para conseguir buena imagen. La imagen debe ser la consecuencia de una realidad. No se puede dar a conocer una realidad inexistente.


En la evolución de la comunicación y los objetivos de las empresas, las empresas han debido cambiar y asumir la demanda del mercado (ya no tanto de producto, sino como empresa). En la primera etapa, los mercados absorben todo aquello que los llegaba marcados por la ley de la oferta y la demanda, ellas tenían la preeminencia. En la segunda etapa, cada vez había más saturación del mercado. Esto comportó que se intensificara la competencia (aparecen las marcas como elemento distintivo). En la tercera etapa, en cambio, ya no había suficiente con los productos y las marcas, sino que son necesarios nuevos elementos de diferenciación a través de la propia empresa, para potenciar su imagen y seguir diferenciándose.

Actualmente, las empresas han de incorporar y aportar todo aquello que es valorado por la sociedad para continuar haciendo negocio. Esta sociedad es cada vez más exigente, y la empresa debe responder a estas exigencias, porque tienen la necesidad de seguir siendo competitivas. Deben potenciar el producto, potenciar la marca y, cada vez más importante, potenciar la empresa en si misma.

Así nace la comunicación corporativa y, con ella, la responsabilidad social empresarial. Muchos no aceptan este tipo de responsabilidad motivada por factores económicos. Ciertamente, yo también vería mejor que las empresas fueran responsables por si mismas, sin necesidad de factores externos. Pero, como siempre, intento buscar el lado positivo y, dentro de esta sociedad de consumo, creo que es muy positivo para todos el hecho de que las empresas sean (o por lo menos, contemplen) la necesidad de la responsabilidad social. ¿Cómo lo véis?


lunes, 28 de septiembre de 2009

El pez gordo se como al...gordo

Internet es una fuente de información inagotable. Hasta la más remota situación, la palabra más bizarra o el tema más local, lo encuentras en la red. De esta manera parece que el world wide web nos a comunicado al mundo. Ciertamente, Internet ha abierto muchas puertas pero…de dónde viene toda la información, es decir, ¿Quiénes son los exportadores de la información mundial?

Desgraciadamente, estos no son tan plurales. De hecho, el mercado se concentra en muy pocas manos. Por lo tanto, ¿Gozamos realmente de información diversa?

Yo, estoy convencida de que no, rotundamente no. Porque dentro de la nueva era de la información, existe la llamada “brecha digital” que separa el mundo moderno del que está en fases de desarrollo (y del que no llega ni a estar en proceso de), porque en un sistema en que los grandes exportadores de información son grandiosas empresas no tenemos garantizada una información fidedigna, porque casos como el de Italia le hacen preguntarse a uno dónde vive.





Y que no me digan que uno de los criterios periodísticos es la cercanía…porque no cuela.

lunes, 21 de septiembre de 2009

El ojo de la guerra

Estaremos todos de acuerdo en que, comunicar una guerra, no es fácil. Es más, creo que es uno de los hechos más difíciles de plasmar. porque no es fácil asumir la crueldad de la guerra, porque no podemos "desangrar" algo tan sangriento como es la lucha armada entre países.

Son muchos los dilemas a los que se enfrenta un periodista ante tal atrocidad.¿Cómo ser un buen ojo de guerra?Si seguimos los clixés periodisticos, la realidad sería demasiado dura para ser vista por la sociedad; per, por el contrario, si filmamos simples luces de colores...están manipulando e idializando un hehco bastante crudo.

El caso de la guerra de Irak, es un buen ejemplo de dos formas de informar sobre la guerra. Mundialmente, todos vimos aquellos primeros bombardeos de los estadounidenses como si de fuegos artificiales se tratara. Así lo vivimos todos, y así, lo vieron miles de irakies mientras quedaban en ruinas sus hogares y vidad. Al Jazeera, la televisión más famosa de los países árabes, contrarestó este "modus operandi" con imágenes muy duras de fallecidos tanto civiles, como militares. De tal manera, los estados unidos criticaron la actitud de la cadena defendiendo tratados internacionales en los que se prometió no utilizar imágenes tan difíciles. Olvidaron que la ONU no acpetó el ataque...

Personalmente, creo que todos debíeramos respetar unos patrones para informar de una guerra, de la forma más fidedigna pero a la vez respetuosa, pero hay casos como este, en el que es dificil mantener la compostura periodística. Así, la guerra de Irak mantuvo una guerra informativa a la par que la propia guerra militar.

sábado, 19 de septiembre de 2009

El umbral de respeto

No se si conocen la frase hecha: “Tu respeto acaba donde empieza el de el resto”. A mi me la inculcaron desde bien pequeña. Creo que refleja muy bien el comportamiento que, a rasgos generales, debiéramos tener ante la sociedad.
Pero, quizás queda un tanto utópico puesto en práctica, ¿no creen? Y es por lo difícil que es marcar ese umbral de respeto. Pasa igual con el ideal de felicidad que propuso Aristóteles, el famoso “aurea mediócritas” o “término medio”. Es tan complicado encontrar ese punto que se vuelve en sí algo metafórico.
En nuestra profesión, la de comunicar, la historia se complica aún más. Son tantos los factores que hacen presión ante el medio que, con dificultad y, sobre todo, con mucha prisa, se toman decisiones importantes. En el caso de la política, la libertad de expresión y el respeto juegan un papel muy relevante en el mundo de los medios de comunicación. Conocemos casos extremos por ambos lados: del respeto (con censura, como no) más absoluto al trato ridículo e irrespetuoso de altos cargos públicos de los periodistas.

En España hubo hace un año un caso que tuvo gran repercusión social y que abrió de nuevo este debate: la revista “El Jueves”, un magazín de actualidad que, a través de caricaturas y cómics trata las noticias con un tono jocoso y divertido, puso en portada el dibujo de los príncipes españoles haciendo el amor en una postura un tanto escandalosa. La noticia era la búsqueda de un hijo varón para la corona. Pero, la publicación no estuvo ni un día en los kioskos ya que la secuestraron. Hacía muchos años que no se secuestraba una publicación y esto creó gran debate social. ¿Es lícito dibujar a los príncipes en tales condiciones? ¿Se debe permitir el secuestro de una revista en un estado de derecho, democrático y libre?
Hoy en día, no tengo una posición firme ante este suceso. Personalmente, me sorprendió mucho la “censura” de la revista, pero, por otro lado y sin considerarme monárquica, tampoco veo lícito e responsable dicha portada. A veces, se nos va de las manos el tema de la libertad de expresión, se nos olvida que esta está al servicio de un periodismo de calidad y lo más cercano a la “objetividad”. De tal manera, muchos la toman como libertad para hacer publicaciones de todo tipo. En este caso el objetivo era claramente el impacto y, en consecuencia, la venta.
Cosas como esta demuestran la inmadurez y falta de responsabilidad de los medios que, nuevamente, demuestran que sus objetivos económicos están por encima de todo lo que es el respeto y la información libre, dañando la libertad de expresión y dando argumentos a los que no creen en ella.



Yo, sigo pensando que la libertad de expresión es fundamental para conseguir un periodismo real y lícito pero, por favor, “cuidadín” amigos periodistas.