Cuántas veces habremos escuchado la frase: “Si se producen tantas telenovelas es porque la gente las quiere ver”. No es argumento dar la responsabilidad al pueblo de la “mierda” que se produce. No cuela, incluso, tiene nombre: falacia de la falsa causa, es decir, cuando hacemos de una condición necesaria, una condición suficiente.
Durante mis cuatro años de carrera, este ha sido uno de los temas estrella en los debates de clase. Pero seguimos en el mismo punto, preguntándonos lo mismo: ¿De dónde viene la influencia, del medio o de la demanda de la sociedad?
Yo, lo tengo claro: de los medios. No me vale de escusa el hecho de que ofrezcan lo que la gente quiere. Está claro que los medios tienen por el mango la “sartén” de la agenda setting, que ellos son los que ponen en boca de todos nosotros los temas de actualidad…etc.Aún más, en caso de que la sociedad quisiéramos eso (hablando de la esta como una masa “idiota” y de forma insultante), el medio tiene el poder para cambiar esta realidad. Y volvemos a la mismo, el medio tiene un función social importantísima: entretener (esta es la única que no se olvida), informar y educar a la sociedad. Pero, piensen. Qué es más fácil, rápido y sobre todo, económico: ¿Meter a 10 individuos en una casa llena de cámaras dónde ellos mismos producirán el show, o intentar buscar nuevas vías para conseguir una televisión efectiva, entretenida a la vez que de la calidad y educadora?
Ahí está la clave: en el dinero. Por eso soybastante escéptica en cuanto a la calidad de los medios de comunicación, porque, mientras sigan siendo empresas, seguirán con la historia de “esto es lo que quiere la gente (y ya me va bien, ya…)”

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