lunes, 26 de octubre de 2009

Pan y circus

Siempre os hablo de sorpresas…asombros (algunos buenos, otros, no tan buenos) que me ha ido regalando este viaje. La tv de cable es otro tema sorprendente. Y es que, en Europa, este sistema de transmisión nunca tuvo mucha fuerza; en cambio, aquí, como en EEUU, la televisión de paga es fundamental entre la clase social media. “La televisión pública no vale nada” esta es la repuesta que me dan la mayoría de personas a las que les pregunto porqué no se valen de televisión abierta.

Qué triste…que triste tener que pagar para gozar de emisiones de “calidad”. De hecho, en México “Televisa” y “Tv Azteca” son los canales más fuertes, ambos de pago, con una cobertura de 3 canales a nivel nacional y 1 canal local para cada estado al interior de la República y 2 canales nacionales y emisiones locales con duraciones de 30 a 60 minutos para el interior de la República respectivamente.
Indiferentemente al tipo de programación que ofrecen estos canales (ese, sería otra tema), tanto los datos, como la propia sociedad, habla de la televisión pública como “basura”.

Nos encontramos, así, en una situación difícil: si la única televisión que “garantiza” la veracidad, independencia y pluralidad de información no es más que un “feo” segundo plato entre la sociedad que no habla precisamente bien de esta y que, por otro lado, se informa básicamente por este medio de comunicación de masas… las empresas informativas tienen un dominio casi absoluto de la información que circula entre la mayor parte de la población mexicana… ¿Cómo podríamos resurgir los medios públicos para su consideración y respeto? ¿En qué han fallado? ¿Por qué, de nuevo, la información juega en un marco mercantil tal y como cualquier otro producto se tratara?

"pan y circus"

lunes, 19 de octubre de 2009

México y sus medios de "competición"

Antes de conocer México, pensaba que los medios de comunicación españoles no tenían límite en cuanto a sus publicaciones sangrientas, sus portadas amarillistas y sus titulares con métodos claramente publicitarios. De hecho, sigo pensándolo, pero mi percepción a cambiado un poco al ver cosas como esta en un periódico mexicano.

Menos mal que parece que cosas así sorprenden a más de uno. De tal manera Canal 6, cadena de televisión de poca difusión en el país, elaboró con muy bajo presupuesto un documental dónde se demuestra la tiranía que ejerce sobre el pueblo los grandes corporativos mediáticos, “Teletiranía”. La pieza audiovisual va uniendo cabos entre hechos, y palabras; entre unos titulares y otros; entre la lucha mediática que se traen todos aquellos que, en principio, garantizan nuestro derecho a la información.

El documental, como es obvio, también te presenta, desde una perspectiva, como está actualmente el show mediático. Pero, a pesar de esto, me siguieron sorprendiendo las noticias llenas de sangre y el total albedrío que utilizan la mayoría de cadenas de televisión, sobre todo. Y es que, según el estudio que hacen, 20 millones d hogares se informan diariamente a través de sus telenoticias, no conociendo más verdad que la de sus palabras (el alto analfabetismo del país empeora esta situación).

Es increíble la poco protección que tenemos ante nuestro derecho constitucional a una información variada y libre, y sobre todo, cuanto empeora la situación cuando el país está más “sufrido” . Véanlo y opinen, pura “teletiranía”.

viernes, 2 de octubre de 2009

La importancia de los hechos (y las palabras)

Cuando nacemos somos dependientes de todo lo que nos rodea; somos vulnerables a todo lo que está en nuestro entorno. A lo largo de nuestra vida aprendemos a no ser dominados, es más, tratamos de sucumbirlo. Se trata de un aprendizaje intuitivo e innato que aplicamos a casi todo...también a la comunicación

Antes los diferentes “ataques” comunicativos, adoptamos una actitud de prudencia y descrédito, aplicamos un filtro de fiabilidad. Por lo tanto, somos parcialmente permeables a la abundante comunicación que recibimos a diario. Hoy en día, esta (la propia comunicación) tiene mucho más a ver con el qué se hace que no con el qué se dice. Depende mucho más de las acciones que no de las palabras.

Por esto, actualmente la empresa debe responder con hechos para conseguir buena imagen. La imagen debe ser la consecuencia de una realidad. No se puede dar a conocer una realidad inexistente.


En la evolución de la comunicación y los objetivos de las empresas, las empresas han debido cambiar y asumir la demanda del mercado (ya no tanto de producto, sino como empresa). En la primera etapa, los mercados absorben todo aquello que los llegaba marcados por la ley de la oferta y la demanda, ellas tenían la preeminencia. En la segunda etapa, cada vez había más saturación del mercado. Esto comportó que se intensificara la competencia (aparecen las marcas como elemento distintivo). En la tercera etapa, en cambio, ya no había suficiente con los productos y las marcas, sino que son necesarios nuevos elementos de diferenciación a través de la propia empresa, para potenciar su imagen y seguir diferenciándose.

Actualmente, las empresas han de incorporar y aportar todo aquello que es valorado por la sociedad para continuar haciendo negocio. Esta sociedad es cada vez más exigente, y la empresa debe responder a estas exigencias, porque tienen la necesidad de seguir siendo competitivas. Deben potenciar el producto, potenciar la marca y, cada vez más importante, potenciar la empresa en si misma.

Así nace la comunicación corporativa y, con ella, la responsabilidad social empresarial. Muchos no aceptan este tipo de responsabilidad motivada por factores económicos. Ciertamente, yo también vería mejor que las empresas fueran responsables por si mismas, sin necesidad de factores externos. Pero, como siempre, intento buscar el lado positivo y, dentro de esta sociedad de consumo, creo que es muy positivo para todos el hecho de que las empresas sean (o por lo menos, contemplen) la necesidad de la responsabilidad social. ¿Cómo lo véis?